Considero que la característica principal y fundamental que debe tener  un buen profesor es el amor y vocación que tiene por su trabajo, por lo que hace cada día en la sala de clases, por lo que enseña y a quienes enseña. Se nota cuando un profesor está cansado de su trabajo, se nota cuando esta desmotivado y cuando ya no quiere lo que hace, y peor aún, eso se transmite a sus estudiantes cuando prepara una clase, cuando hace una clase, cuando un niño se le acerca a contarles sus problemas. Quizás recibamos muchas decepciones al momento de ejerces nuestra carrera pero es importante que no olvidemos porque elegimos estudiar pedagogía, no debemos olvidar esa sensación que tuvimos en nuestro pecho cuando enseñamos por primera vez frente a un curso, esa sensación que tuvimos cuando llegábamos al colegio para hacer una clase y enseñarles cosas extraordinarias, esa sensación cuando un niño te hacía preguntas que ni siquiera nosotros nos habíamos preguntado, pero quedabas con la boca abierta reflexionando.

El amor y vocación por lo que hacemos lleva a preparan las mejores clases, a pesar de que el día anterior tuvimos  mil problemas, nos lleva a  tener paciencia, a pesar de que el dolor de cabeza no se soporta, nos lleva a involucrarnos verdaderamente con los alumnos, a pesar de tener 6 cursos, nos lleva a escucharlos cuando nos necesiten, a pesar de no tener tiempo suficiente.

Al lograr cultivar y aumentar nuestra vocación podremos ser más pacientes, involucrados con los niños, responsables, cercanos, guías, comprometidos con la labor de educar.